Ubicado en un rincón privilegiado de la costa, este complejo buscaba ofrecer una experiencia única, fusionando la arquitectura tradicional con el diseño contemporáneo y un respeto absoluto por el paisaje.
Con una estética inspirada en los pueblos mediterráneos, El Calón se estructuraba en torno a una plaza central, un espacio abierto rodeado de galerías de arcos y pérgolas de madera, donde los residentes podrían disfrutar de un ambiente relajado y comunitario. Este corazón del complejo estaba adornado con árboles frutales y vegetación autóctona, aportando frescura y color al espacio, y evocando el encanto de las plazas tradicionales.
El diseño también incluía varias piscinas estilo laguna, conectadas por cascadas y rodeadas de áreas de descanso y jardines. Estas piscinas se ubicaban estratégicamente para ofrecer vistas al mar y crear un ambiente de tranquilidad, donde los residentes pudieran disfrutar del clima y el estilo de vida mediterráneo en su máxima expresión.
El Calón contaba con una terraza panorámica en su punto más alto, pensada para momentos especiales. Con vistas ininterrumpidas al mar, este espacio era ideal para eventos, reuniones sociales, o simplemente para relajarse y contemplar las puestas de sol sobre el horizonte, en un entorno íntimo y sofisticado.
Aunque el proyecto no llegó a realizarse debido a la crisis económica, El Calón permanece en la memoria como un ejemplo de diseño ambicioso y respetuoso, que buscaba ofrecer una experiencia de vida auténtica y en armonía con el entorno mediterráneo. Su diseño sigue siendo un modelo de cómo la arquitectura puede abrazar la cultura y naturaleza local, creando un espacio que celebra la vida al aire libre y la comunidad.